Los biohackers más reconocidos siguen una alimentación saludable, con alta densidad nutricional y un contenido calórico adecuado. Privilegian una comida a base de alimentos brutos, no procesados, ecológicos o de pasto, con mucha cantidad de verduras de hoja verde —como las espinacas o la famosa col kale—, una proporción moderada de proteína animal, grandes cantidades de grasas saludables como el aceite de oliva, de coco, el ghee o la mantequilla para los que toleran la lactosa, y una cantidad reducida de hidratos de carbono.
Se promueve en general una dieta tipo “Paleo/cetogénica”, con periodos de ayuno intermitente.