A pesar de todas las ventajas que nos traen las toallitas desmaquillantes y de ser el aliado ideal en más de una situación, la realidad es que no es lo ideal usarla como único producto de limpieza facial. Las toallitas eliminan los restos de maquillaje y de suciedad de la capa más superficial de la dermis, pero no llegan a limpiar los poros en profundidad. Si las usamos como desmaquillante habitual, la suciedad y contaminación puede empezar a acumularse en las capas de la dermis más profundas, provocando acné, exceso de grasa y favoreciendo el envejecimiento prematuro de tu rostro.