¿Cuál es la diferencia entre tónico y agua micelar?

A pesar de que son muy similares en apariencia no son iguales y, tanto sus funciones como su aplicación, están bien definidas: mientras que el agua micelar limpia el maquillaje rebelde y la grasitud extra, el tónico equilibra el pH después de la higiene.

Agua micelar

Diseñada para eliminar maquillaje e impurezas ligadas al funcionamiento natural de nuestra piel, es básicamente una combinación de agua y aceite. El aceite –se trata de minúsculas gotas conocidas como micelas- queda suspendido en el agua y así, atrae los restos de maquillaje y la suciedad hacia el disco de algodón, dejando el rostro limpio y fresco.
Dado que se adapta perfectamente a todas las rutinas higiene, los especialistas sugieren usarla por la mañana y por la noche. Tiene, además, otra gran ventaja respecto a otros limpiadores: el agua micelar higieniza sin irritar ni resecar la piel, lo que la convierte en un producto apto para todos los tipos de cutis, hasta los más sensibles.

¿Cómo se usa el agua micelar?

● Hay que humedecer con agua micelar un disco de algodón y arrastrarlo suavemente por el rostro (ojos inclusive), cuello y escote.
● Repitiendo el procedimiento una segunda vez nos aseguramos de haber limpiado bien la cara (enseguida veremos que el algodón se tiñe de restos de maquillaje y suciedad).
● Además de esta función de doble limpieza, el agua micelar también se puede usar para refrescar ligeramente el rostro por la mañana y durante el día.

Tónico

Es agua enriquecida con ingredientes (antioxidantes, exfoliantes, hidratantes) que protegen y nutren la tez, cuyo propósito principal es cerrar los poros, eliminar células muertas acumuladas en la epidermis, depurar la piel y prepararla para aplicar una fórmula hidratante.
Antiguamente los tónicos secaban mucho el cutis, porque solían contener alcohol. Por fortuna eso ya no sucede y la mayoría de las opciones que hay en el mercado dejan la piel muy confortable e hidratada. A diferencia de lo que pasa con el agua micelar, los tónicos sí están desarrollados en función de los distintos tipos de piel, con lo que siempre es mejor conocer bien nuestras necesidades cutáneas antes de elegir uno. Y, aunque es un producto al que no se le suele dar mucha relevancia en la higiene diaria, hay que tener en cuenta que es el segundo paso en importancia, después del agua micelar.