Una piel luminosa es sinónimo de juventud. Por eso, con los años, resulta normal tener un tono de tez más apagado. Aunque no solo el paso del tiempo influye para que una piel se vea opaca, también cuentan una rutina de limpieza y cuidado inadecuadas, el descanso insuficiente, el tabaquismo, una alimentación baja en antioxidantes, la exposición al sol, una hidratación deficiente, los problemas hormonales y el estrés.