Paso a paso para afeitarse la barba
1) Empapar el rostro con agua caliente facilita que los poros se abran y que las hojas de afeitar se deslicen suavemente (lo ideal es ducharse primero). Además, con el calor, el vello se debilita. Un tip profesional: mojar una toalla con agua caliente y dejarla reposar sobre la barba unos minutos, como hacen en las barberías (el vapor es muy eficaz para abrir los poros).
2) Aplicar una crema o gel de afeitar. También es aconsejable usar una brocha para extender la espuma, ya que sus pelos naturales aportan un toque de suavidad. No hay que olvidar mantener la cuchilla húmeda –siempre con agua caliente- entre pasada y pasada, y tener presente en qué dirección crece el vello, porque las hojas tienen que moverse en ese sentido (rasurar a contrapelo no está prohibido, pero no es aconsejable abusar de esa técnica, porque puede provocar enrojecimientos e irritaciones).
3) Sí o sí chequear que las cuchillas no estén demasiado usadas y, al momento de empezar a rasurarse, hacerlo con pasadas suaves, dejando que la máquina haga su trabajo.
4) Para terminar el ritual, el remate es con agua fría. Así como se comienza con agua caliente para abrir los poros, se termina con agua fría para cerrarlos. El toque final es la aplicación de un producto after shave, que ofrece varias ventajas: calma la piel, desinfecta posibles cortes, rehidrata y aporta sensación de frescura. Un detalle: no conviene secarse la cara frotando con la toalla, una costumbre que solo provoca más irritación. Lo mejor es usar la toalla para dar golpecitos suaves.
5) La mayoría de los hombres suele tener zonas del rostro más complicadas, con pelos encarnados o que se resisten. ¿Qué hacer? Tener paciencia y volver a intentarlo con calma, para evitar sarpullidos.