El origen de NIVEA se remonta a 1890, cuando el farmacéutico Dr. Troplowitz adquirió un laboratorio de preparados para tratamientos dermatológicos en Hamburgo. En él trabajó junto con el científico y dermatólogo Prof. Unna para crear la primera emulsión de agua en aceite. Así fue como descubrieron una nueva base de ungüento llamada Eucerit ®. Se trata de una cera procedente de la lana de oveja que actúa como emulsionante. Con este ungüento fue posible por primera vez producir una mezcla estable de agua y aceite en forma de una crema de un color blanco puro. Hasta ese momento, las emulsiones eran muy sensibles a los cambios de temperatura y se separaban en sus ingredientes originales, agua y aceite. El resultado fue el lanzamiento en 1911 de una crema elaborada a base de lípidos, aceites y un aroma único. Este fue el comienzo de la historia de una marca sin precedentes.
NIVEA CREME: ¿Nuestra primera crema?
Todo el mundo reconoce esa crema de color blanco puro y aroma inconfundible envasada en una lata azul. De hecho, varias generaciones de todo el mundo confían desde hace años en sus propiedades hidratantes y en su fragancia única, sinónimos de protección, cuidado, fiabilidad y felicidad.