En todos los casos, es muy importante realizar actividad física de manera regular y darle a nuestra piel y nuestro cuerpo una hidratación adecuada. A la vez, sea cual sea tu tipo de piel, una dieta equilibrada y rica en antioxidantes y aceites naturales, contribuye de gran manera a mantener y restablecer el equilibrio en nuestra piel.
Es importante recordar que los cuidados de la piel pueden variar según la persona y pueden requerir ajustes a lo largo del tiempo. Además, siempre es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener recomendaciones específicas para tu organismo.